La Región de Los Lagos, ubicada en el sur de Chile, se compone de cuatro provincias: Chiloé, Llanquihue, Osorno y Palena. En esta región, se encuentran elementos geográficos notables como la isla de Chiloé y el lago Llanquihue, el segundo más extenso del país.
Hacia el sur de la región, no existe una red continua de carreteras, sino más bien vastas áreas de montañas cubiertas de bosques densos y glaciares en movimiento lento, además de un complicado archipiélago de islas. El clima en esta región es contrastante con el norte, caracterizado por precipitaciones constantes que suman alrededor de 2.000 mm anuales, aunque estas disminuyen durante los meses de verano. Estas abundantes lluvias alimentan ríos importantes como el Maullín, Petrohué, Puelo y Yelcho, y son esenciales para mantener las selvas valdivianas, que son hogar del famoso árbol chileno, el alerce (Fitzroya cupressoides), y de la flor nacional de Chile, el copihue (Lapageria rosea).
En esta región, las montañas andinas superiores a los 2.000 metros de altura están cubiertas de glaciares, y varios volcanes, como el Chaitén, Corcovado, Hornopirén y Osorno, se mantienen activos. Al sur de Puerto Montt, el mar de Chiloé se extiende como una parte sumergida de la Depresión Intermedia. Geográficamente, la mayoría de las islas en esta región, incluyendo Chiloé y Chonos, así como la Península de Taitao, representan una continuación de la Cordillera de la Costa.
El ecosistema predominante en esta zona es el Bosque Valdiviano, habitado por una variedad de especies mirtáceas como el Arrayán (Luma apiculata) y el Pitra (Myrceugenia exsucca), así como árboles característicos como la Lenga y especies como el Olivillo (Aextoxicon punctatum), el Notro (Embothrium coccineum) y especialmente el Ulmo (Eucryphia cordifolia) con su impresionante floración. Estos son sólo algunos ejemplos entre la gran diversidad de árboles en estos bosques siempreverdes. La quila (Chusquea quila) y otros arbustos como la Desfontainia spinosa, junto con helechos y plantas trepadoras como la Lapageria rosea y la Mitraria cocinea, hacen que explorar estos bosques fuera de los senderos sea prácticamente imposible.
Al adquirir un terreno en esta región, tienes la posibilidad de vegetarlo con distintos tipos de plantas ornamentales, flores y árboles frutales. Pero también está la posibilidad de inspirarse en la biodiversidad local y plantar especies como las recién mencionadas, y así crear microbosques protegidos que podrán mitigar el impacto humano de la urbanización. Te invitamos a asesorarte con nosotros y cotizar nuestros árboles y arbustos nativos para tu nuevo proyecto de vida.
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